En realidad, no es desconocido. Lo que sucede es que la mayoría de las personas elige los destinos más a mano, como la ruta de los Valles Calchaquíes o la Quebrada de Humahuaca, que son bellos, coloridos y bien preparados. Esta nota te presenta tres opciones no tan conocidas del Noroeste Argentino.
Escribe y saca fotos Guillermo Gallishaw
1 – Los Colorados y Tolar Grande
El Oeste de Salta ofrece unos paisajes que son una locura. Y Tolar Grande y su entorno te aseguro que te dejarán impresionado. Para llegar hasta allá hay que salir de San Antonio de los Cobres por la RN51 y, luego, la RP27 (después se convierte en RP17). Nosotros tomamos una variante, que es por Santa Rosa de los Pastos Grandes. Podés ir y volver en el día (saliendo bien temprano), pero recomiendo pasar la noche en Tolar. Los caminos son de ripio, en buen estado general. Y si bien todo lo que ves desde la ventanilla del auto es alucinante, el Camino de los Colorados (foto, arriba) es para detenerse a sacar fotos. Justo antes de llegar a Tolar Grande, de mano izquierda, están los Ojos de Mar (foto, abajo), dos pequeños salares con lagunas color turquesa. Y más allá del pueblo, el cono de Arita es otra locura de este paisaje. Por estas zonas, siempre tenés que ir preparado, calculando el combustible (o hasta llevando un bidón extra) y las horas de día. De todos modos, al ser un área minera, todo el tiempo pasan camiones y camionetas.
2 – Antofagasta de la Sierra
Está en el Noroeste de Catamarca y, al menos para mí, es de los lugares más bellos de la Argentina (también, el menos poblado). El camino es largo y lleva unas cuantas horas, pero vale la pena, inclusive los paisajes que vas transitando. Hay que tomar la RP43 desde Hualfín (cerca de Belén), que ahora está toda asfaltada (a veces hay algún corte por arreglo o desborde de laguna, por eso, no te confíes con la velocidad). Si tenés prismáticos o cámara con zoom, llevalos a mano porque es frecuente ver grupos de vicuñas. Y tené en cuenta que hay tramos de la ruta en los que superás los 4000 msnm. En Antofagasta hay un puñado de hoteles y hosterías, y conseguís combustible, lo mismo que en El Peñón (que está antes). Toda la región es de origen volcánico, así que hay cerros de todos los colores y formas. Además, vas a encontrar salares por todos lados, dignos de desviarse para visitarlos. Lo que no podés dejar de visitar es el Campo de Piedra Pómez, al que accedés por una huella que sale a mitad de camino entre El Peñón y Antofagasta (recomiendo ir con 4×4). Un lugar que nadie conoce pero que vale la pena visitar es Los Nacimientos, una comunidad que vive casi aislada. Son unas pocas casas en el medio del altiplano, pero entrá con respeto y preguntá por Felipa Mamanis (que vas de parte nuestra). El lugar está hacia el Norte por la RP43, de camino al Salar del Hombre Muerto. A la izquierda vas a ver un pequeño cartel de madera que indica el desvío hacia Los Nacimientos.
3 – Laguna Brava
Nunca fui a Laguna Brava, y siempre tuve ganas, desde que un periodista amigo me habló del lugar. Está en una zona inhóspita de La Rioja, es una Reserva Natural que fue creada, principalmente, para proteger a la comunidad de vicuñas, que estaba al borde de la extinción. Es un verdadero viaje de aventura en el que hay que ir sí o sí en 4×4 (de a dos, por lo menos), y que yo recomiendo hacerlo con una empresa que lo organice. Acá dejo el LINK al artículo escrito por un colega que viajó. Se llama Wenceslao Bottaro y su blog de viajes Blucansendel tiene siempre información de primera mano ✪