No existe una guía tan detallada de opciones de mountain bike en Salta como la que escribió Fede Svec. Por la Capital, por San Lorenzo, por los Valles Calchaquíes, de un día, de varios, por pueblitos, por viñedos… Lo más valioso es que probó todas las alternativas. Pasen y lean. Y si se van a pedalear a Salta, pues después ¡nos cuenten!
Escribe Fede Svec.
Si sos amante del cicloturismo, la Vuelta a los Valles Calchaquíes es una propuesta llena de imperdibles y que invita a volver todos los años. Hay programas organizados que te permiten conocer todo en 5 días, pero también un montón de variantes y opciones si tenés más tiempo, porque cada etapa del camino es un destino en si mismo.
Así como la actividad clásica de invierno en Patagonia tiene que ver con la nieve, en el Noroeste Argentino (NOA, para los amigos) es tradicional tomarse un tiempo para otras actividades alternativas como el trekking o el cicloturismo.
La provincia de Salta se destaca por la variedad de lugares ideales para pedalear, que se han ido convirtiendo en clásicos. Lugares como San Lorenzo, La Caldera, Quebrada de las Conchas y Cafayate, San Carlos, Molinos, Cachi, Rosario de la Frontera, Metán o hasta el lejano Tolar Grande. Hay una buena variedad de propuestas organizadas para las mountain bikes, desde las que te pueden llevar una mañana o una tarde, hasta las salidas de cinco días o más. Los prestadores tienen programas armados, con horarios fijos para las salidas cortas y fechas preestablecidas para las salidas de cicloturismo largas. Pero, atentas y atentos a esto, formando grupos cerrados, con familiares y amigos, está la posibilidad de que armes un viaje a medida.
Uno de los viajes más espectaculares es recorrer en bici los Valles Calchaquíes Salteños, con una combinación irresistible de elementos para vivir la experiencia: paisajes maravillosos, pueblitos detenidos en el tiempo, montañas multicolores, viñedos y gastronomía regional (ricas expresiones de la cultura y tradición salteña). Todo, sumado al grado de adrenalina y esfuerzo que uno quiera darle al pedaleo. Por ejemplo, Gustavo Suárez, de Overland Salta Mountain Bike, propone una salida de 5 días, la Vuelta a los Valles que, arrancando desde la capital provincial, recorre los paisajes de la Quebrada de Las Conchas, Cafayate, la Ruta 40, San Carlos, Quebrada de las Flechas, Angastaco Molinos, Seclantás, Cachi, Parque Nacional Los Cardones, la Recta de Tin Tin, Piedra del Molino, y la Cuesta del Obispo.
¿Qué significan todos estos nombres? Pues se trata de lugares que entran en la lista de imperdibles de la provincia de Salta.
Un circuito para empezar
Si recién llegás a la Ciudad de Salta, una de las escapadas clásicas es ir a conocer San Lorenzo. La localidad está a menos de 14 kilómetros del Centro, conectada por una autopista que tiene una buena ciclovía, perfecta para desentumecer las articulaciones después del viaje… La Villa está recostada sobre las primeras estribaciones hacia el Oeste de la Cordillera de los Andes, que reciben el nombre de Precordillera o Cordillera Oriental. Sus alrededores conservan uno de los biomas más completos del Noroeste argentino, denominado Yungas o Selva Montana (selva que crece en la montaña). Entonces, este rincón del Valle de Lerma se destaca por su vegetación verde y densa. Durante muchos años fue una zona de casas de verano o fin de semana, pero en el último tiempo muchas familias salteñas ya viven en San Lorenzo de forma permanente.
Si estamos alojados en Salta Capital, podemos pedalear hasta la Villa por su ciclovía, o tenemos la opción de alojarnos allí, para vivir en plena Naturaleza. Un lugar recomendable y con onda es el Selva Montana, un hotel temático donde todo hace referencia a ese particular ecosistema. Son habituales los trekkings para observar la variedad de pájaros en la Reserva Natural cercana, y también se organizan cabalgatas para llegar a los pisos más altos de la Nuboselva y apreciar la diferencia de ambientes y vegetación.
En cuanto a las propuestas guiadas de cicloturismo, MTB Aventura Salta ofrece el Circuito Yungas, de medio día, por la selvática vegetación que rodea a la Villa de San Lorenzo. Existen varios senderos con diferentes grados de dificultad que varían desde un nivel fácil-medio a uno exigente. Después de preparar las bicicletas y asistir a la charla de seguridad, se comienza a pedalear por caminos rurales entrando a quebradas llenas de vegetación y cursos de agua. Lo divertido de esta propuesta es cruzar los ríos y otros diferentes obstáculos naturales con las bicicletas y así sentir la verdadera esencia del mountain bike sin ser profesionales.
El gran circuito clásico
La Reserva Natural Quebrada de las Conchas, que también se conoce como Quebrada de Cafayate, se encuentra ubicada dentro de los Valles Calchaquíes, noventa kilómetros al sudoeste de la Ciudad de Salta. Comprende parte de los departamentos de La Viña, Guachipas y Cafayate. Es una zona de gran belleza paisajística, con serranías muy llamativas por la forma de su roca y sus coloraciones, donde se destacan las de variados tonos de rojo. Es, en general, la Primera Etapa en la Vuelta de los Valles Calchaquíes Salteños, pero también un destino en sí mismo. Normalmente se hacen tramos de enlace con los vehículos de apoyo pero, para los ciclistas de buen nivel, siempre está la posibilidad de pedalear todo el camino hasta llegar a Cafayate.
La Quebrada es un accidente geológicamente moderno, producida por movimientos tectónicos que tuvieron lugar en los últimos dos millones de años. En el recorrido hay lugares para bajarse de las bicis sí o sí… Las geoformas que más llaman la atención son la Garganta del Diablo y El Anfiteatro, de rocas sedimentarias rojizas. La acústica natural de El Anfiteatro es increíble, se asemeja a la nave de una gran catedral con un techo abierto por donde entra la luz. Cuando llegamos, varios músicos hacían sonar sus instrumentos allí, desde ocarinas, quenas o un saxo tenor. Lo escuché con un volumen y una reverberancia maravillosa.
En la entrada de los dos lugares se juntan artesanos y vendedores de tortillas y refrescos. Otros puntos interesantes para parar y ver son: el mirador de Tres Cruces, La Yesera (donde hay un importante yacimiento de peces fósiles que tienen unos 15 millones de años) y Los Castillos que, como sugiere su nombre, es una formación rocosa que semeja una antigua fortaleza o templo de las que aparecen en las películas.
La tierra del sol y del buen vino
Cafayate está situada en el Sudoeste de la provincia de Salta, a 1683 metros de altura, y es la localidad más importante dentro del circuito turístico de los Valles Calchaquíes. Recorrerla como un viajero activo permite conocerla de otra manera. Es famosa por sus viñedos, bodegas y excelentes vinos, pero tiene algunos atractivos culturales y naturales para descubrir como el Museo Regional y Arqueológico Rodolfo Bravo, el Museo de la Vid y el Vino, las Cascadas del Río Colorado (son 7 caídas de agua), Los Médanos, el Mirador del Cerro Santa Teresita, El Divisadero, la Cueva del Suri, las Cavernas de San Isidro, Molino de Piedra y pueblos cercanos como San Pedro de Yacochuya.
Claro que para ver todo hay que quedarse varios días en Cafayate. En el programa organizado de la Vuelta a los Valles, que ofrece Overland Salta, se para un solo día, pero siempre está la posibilidad de armar la salida más a medida.
Por supuesto, otra alternativa es Cafayate como propuesta en sí misma, algo irresistible para los amantes del cicloturismo y de la buena gastronomía. Por ejemplo, con la gente de Cafayate En Aventura como guía, subirnos a las mountain para pedalear cuesta arriba hasta Finca las Nubes, una bodega que está en El Divisadero, Alto Valle de Cafayate, a 1850 metros de altura y al pie del cordón montañoso El Cajón. La bodega de José Luis Mounier, tiene una casona colonial donde se puede almorzar; allí se hacen las degustaciones de vino. Después se puede seguir pedaleando (normalmente en bajada), hacia alguna otra bodega como Etchart, Nanni, Amalaya o El Esteco.
Camino a Yacochuya está Piatelli, donde podemos hacer visitas guiadas y degustaciones, almorzar en el restaurante o hacer un picnic en los jardines, o mismo en los viñedos (la canasta incluye variedades de sándwiches, mini tabla de quesos y frutos secos, aguas y una botella de vino a elección). También están las clases prácticas de cocina que dicta el chef de la bodega y su equipo. El tema: ¡la empanada salteña, claro! Cómo preparar la masa, su relleno, cómo armarlas y las técnicas de cocción en horno de barro. Las actividades outdoor (con reserva previa) son los paseos a caballo entre viñedos y las visitas guiadas en bicicleta.
Otra gran etapa: RN40 + San Carlos + Angastaco + Molinos
De nuevo, una propuesta con muchas posibilidades, que nos llevan a variantes de duración y nivel de esfuerzo. Podemos hacer todo en un día, combinando las pedaleadas con transfers en los vehículos de apoyo, o armar la travesía a medida de acuerdo a nuestra disponibilidad de tiempo, nivel sobre las bikes y demás recursos.
Por la Ruta Nacional 40 llegamos a la antigua población de San Carlos, con amplias viviendas coloniales y calles angostas. Los jesuitas habían establecido la Misión de San Carlos, que dio origen al actual pueblo. Se conservan casi intactos la Iglesia de San Carlos (monumento histórico), el Cabildo Municipal y el Museo, cuya casona data del siglo XVIII. Se destacan paseos como el del Paraje San Lucas, con sus pinturas rupestres y petroglifos. En la Finca Buena Vista encontramos el Molino de Piedra, el único con este sistema milenario que aún está en pleno funcionamiento. La espectacular Quebrada de Las Flechas es un accidente geográfico que se extiende por veinte kilómetros dentro de los Valles Calchaquíes, desde Angastaco hasta el Río Calchaquí (desde el km 4.380 al 4.410 de la RN 40). Sus características y extrañas formaciones de piedra arenisca sobresalen hasta 50 metros por encima del terreno. Las puntiagudas rocas, inclinadas y retorcidas, van desde un color ceniza hasta el ocre, formando quebradas y estrechos desfiladeros con paredes verticales, como el Paso del Ventisquero, Quebrada del Estanque, Quebrada de los Sayas o el Paso de la Flecha.
A 92 kilómetros de San Carlos está Molinos, una población serrana de los Valles Calchaquíes, fundada a mediados del siglo XVII, en la confluencia de los ríos Amaicha y Luracatao, que forman el río Molinos. Es el punto final de la etapa para la propuesta Vuelta a los Valles Calchaquíes de Overland Salta y el lugar para pasar la noche pero, por sus atractivos, bien merece por lo menos un día mas de estadía. Entre ellos encontramos una antigua iglesia del siglo XVIII, consagrada a San Pedro de Nolasco; está Coquena El Refugio de las Vicuñas y la Asociación de Artesanos y Productores San Pedro Nolasco de los Molinos, las fincas de Colomé y Amaicha, conocidas por sus famosos vinos, y las cercanas Ruinas de Charcal o los restos del Fuerte de Tacuil.
Etapa Seclantás + Cachi
Otro tramo con muchas cosas para ver. El pueblo de Cachi está en el alto Valle Calchaquí, a 2280 metros de altura, circundado por montañas de todos los colores. El Nevado de Cachi domina el paisaje y, con sus 6380 metros, es la más alta de la región. Por eso el pintoresco pueblo, de arquitectura colonial bien conservada, es un destino clásico para los montañistas. Llegando por la RN 40 pasamos antes por Seclantás, que tiene tesoros escondidos como Acsibi y el Camino del Artesano, donde se pueden ver y comprar los mejores ponchos salteños. Cachi es una zona productiva y yo recomiendo mucho probar platos locales, sencillos, ricos y nutritivos como la sopa de quinoa, papas andinas con pimentón o los quesillos con algún dulce regional. Las empanadas de quinoa ¡también!
Prestadores locales como Aventura Calchaquí Turismo Urkupiña hacen salidas cortas que van de poco más de 30 minutos (Casco Histórico, Mirador Norte), a otras de entre dos y tres horas (El Algarrobal, Cachi Adentro) que se pueden aprovechar para conocer un poco el lugar.
Elegimos hacer la pedaleada de Cachi Adentro, un paseo por la zona de producción agrícola al pie del Nevado de Cachi. Si tenemos la posibilidad de quedarnos más tiempo, una propuesta imperdible es Puente del Diablo, que está a 52 kilómetros de Cachi (pueden llevarte prestadores locales como Chiwanku o Turismo Urkupuña). Es una caverna erosionada por el río Calchaquí, con fantásticas formaciones geológicas (estalactitas, estalagmitas, velos columnas, etcétera) y se puede vivir la experiencia de explorar unos endiablados 111 metros….
Recta de Tin Tin – Parque Nacional Los Cardones – Cuesta del Obispo
Dice la historia que fue construida de manera artesanal por los pueblos originarios que habitaron la zona. Llama la atención la perfección de esta línea, bautizada como la Recta del Tin Tin, tanto que se habla del uso de tecnologías alienígenas para su trazado… El camino atraviesa el Parque Nacional Los Cardones, con su desierto de grandes y peculiares cactus (Cardón de la Quebrada o Pasacana), que parecen brazos vigías mirando el cielo tan diáfano desde esos 3000 metros de altura. Y sí, es cierto, el paisaje es surrealista, se siente la sensación de que, si algo extraño va a suceder, sucederá allí… Imperdible: pedalear aunque sea un rato en ese lugar, con su aura extraterrestre.
Luego llega otro imperdible (sí, ¡otro más!), un clásico de los clásicos: la Cuesta del Obispo.
Técnicamente, la extensión de la Cuesta del Obispo corresponde al tramo serpenteante y empinado de la RP33, ubicado entre el paraje El Maray (de la quebrada de Escoipe) y la Piedra del Molino, conexión entre el valle de Lerma y el alto valle Calchaquí. Pero el descenso en MTB se puede extender bastante más, para llegar hasta Chicoana, o de allí seguir pedaleando hasta El Carrill y el empalme con la RN68.
Las distancias promedio típicas son de unos veinte kilómetros para la alternativa más corta, y de unos cuarenta para la más larga, que combina ripio, asfalto, y la opción de hacer un tramo off-road en la quebrada de Escoipe, empalmando una senda que baja a la altura del parador El Maray.
“Aparte de que el lugar es increíble, lo bueno es que la experiencia la pueden disfrutar todos, cada uno en la medida de sus posibilidades y de acuerdo a su nivel sobre la bicicleta -dice nuestro guía, Gustavo Suárez -. Yo evalúo la capacidad de cada grupo de ciclistas que llega y, de acuerdo a eso, regulo el ritmo del descenso. Siempre voy abriendo camino en la fila india para conseguir esto y para anticiparme a lo que viene en el camino, camiones subiendo o alguna curva particularmente complicada. Para los que lo necesitan, les voy pasando algunos tips de manejo, especialmente sobre las frenadas en el descenso. Siempre vamos con un vehículo de apoyo detrás del grupo, por cualquier problema. En cuanto a la protección, no sólo doy los cascos especiales, sino también rodilleras y coderas para una mayor seguridad contra eventuales golpes.”
Con este toque de adrenalina en medio de un paisaje espectacular, llegamos al punto final de la propuesta guiada de La Vuelta a los Valles, un clásico del mountain bike que invita a volver, porque siempre hay variantes, opciones y nuevas cosas para descubrir sobre las dos ruedas. ¡Chau! ✪