En una pequeña comunidad de la Quebrada de Humahuaca, una familia recibe turistas extranjeros en su casa de adobe. Les ofrecen compartir su vida diaria: cocinar, arriar cabras, trabajar la huerta y, además, salir a caminar por lugares poco conocidos. Leé esta nota para conocer de qué se trata el TURISMO SUSTENTABLE, una modalidad que puede cambiar las economías regionales y que, a vos, puede brindarte una experiencia que no te olvidarás jamás.
Escribe Guille Gallishaw. Fotos de Juan Martín Roldán y GG.
Al igual que la mayoría de las actividades económicas, la industria del turismo se encuentra frenada por la pandemia. Tal vez, cuando volvamos a salir de viaje, podemos cambiar de paradigma y animarnos a descubrir nuevas formas de viajar, más humanas, más en contacto con la Naturaleza y la cultura. Ojalá.
Antes de proponer una definición de turismo sustentable, quiero traerles la historia de Clara y Héctor Lamas. Ellos viven en la Quebrada de Humahuaca; forman parte de la comunidad de Hornaditas. Hace unos cuantos años atrás, una noche de otoño Clara volvía de trabajar y se encontró con tres turistas que esperaban el colectivo sobre la ruta 9. Querían volver a Tilcara pero, por el horario, ya no pasaban colectivos. Clara les ofreció pasar la noche en su casa y ellos aceptaron. A pesar de que en la familia eran cuatro y tenían una casa pequeña, de adobe, todos se acomodaron y le hicieron lugar a los turistas. Al día siguiente, después del desayuno, volvieron a Tilcara. Pero uno de ellos quedó fascinado con la familia Lamas y, tiempo después, le insistió a Clara para que recibiera turistas en su casa y, así, tuviera una fuente de ingresos. Clara le hizo caso. Algunos años después, la familia Lamas había acondicionado su casa para recibir turistas y, para sorpresa de ellos, empezaron a llegar extranjeros que pasaban varios días con ellos: compartían las tareas cotidianas como cocinar, cosechar habas o papines andinos y arriaban las cabras. También visitaban sitios arqueológicos, caminaban por montañas poco conocidas y se intercambiaban sus historias personales. El día que yo visité a los Lamas, tres turistas francesas se estaban yendo, después de haber pasado dos semanas allí. Al día siguiente, llegaría una mujer italiana (jueza) con su hijo adolescente, y todos fuimos con Caro y Gaby (las hijas pequeñas) a visitar unas pinturas rupestres. En la foto de abajo, Carito juega con el adolescente italiano en el patio de la casa de la familia Lamas.
Definición
El turismo sustentable incluye el cuidado del medioambiente, pero es mucho más que eso. Se trata de una actividad que busca generar el menor impacto posible en el medioambiente y la cultura del sitio que se visita, pero también promueve la participación de todos los actores.
Una definición un poco más estructurada dice que el turismo sustentable reúne a aquellas actividades turísticas respetuosas del medio natural, cultural y social, y que permite disfrutar de un positivo intercambio de experiencias entre residentes y visitantes. Además, la relación entre el turista y la comunidad es justa y los beneficios de la actividad son repartidos de forma equitativa, y los visitantes tienen una actitud verdaderamente participativa en su experiencia de viaje.
Para ponerlo en un ejemplo cercano, imagínense visitando Antofagasta de la Sierra, en el altiplano catamarqueño.
Un ejemplo de práctica de turismo convencional sería llegar al pueblo de la mano de una agencia de viajes y su guía, alojarse en la hostería, salir a dar una vuelta por sus calles y, al día siguiente, seguir viaje.
Un ejemplo de práctica de turismo sostenible sería que, una vez en Antofagasta, se contactara a un guía local; que ese guía nos cuente sobre el lugar, su gente y su historia y que nos lleve a la casa de un vecino que hace artesanías o comidas regionales, y que nos permita un acercamiento con el poblador del lugar. Luego, a la hora de salir a recorrer los volcanes y salares que rodean Antofagasta de la Sierra, lo hagamos con el guía de la zona; muchas veces, quien más experiencia tiene en outdoor es el de la agencia (por su formación y su experiencia); sin embargo, el aporte del guía local en una salida de trekking tiene un valor diferente y que nadie más que él o ella puede ofrecerte.
Desde el punto de vista del turista, es fundamental tener una actitud de abierta interacción con la gente del lugar y su entorno. A esta altura del siglo XXI, hablar de cuidar el medioambiente (tener una actitud amigable con el entorno) es una afirmación de perogrullo, pero vale recordarlo: el turista sostenible no arroja basura, procura generar el menor impacto posible (por ejemplo, en un trekking, caminando sólo por la huella marcada), evitando molestar a la fauna, sin traerse nada que no sea una buena experiencia (no traer fósiles ni arrancar flores, por ejemplo).
«En el turismo sustentable, todos se benefician. Todos los actores viven una experiencia de sana interacción.»
A veces parece que cuidar el medioambiente es dejar de hacer un sinfín de cosas divertidas. Sin embargo, el objetivo del turismo sustentable es que ese lugar que visitamos pueda ser disfrutado por muchas personas más sin que sea modificado; que la gente del lugar esté feliz de recibirnos porque siente que lo que hace es valorado y retribuido. En definitiva, todos nos beneficiamos, todos los actores viven una experiencia de sana interacción.
Algunos ejemplos de turismo sustentable en la actualidad son:
-El Mojón: es una comunidad que vive a la vera de la ex ruta 40 en Salta (que une San Antonio de los Cobres con Salinas Grandes). El representante es Sandro Llampa (en la foto de arriba) quien, junto a su comunidad, tiene un restorán donde venden unas empanadas riquísimas, un museo Inca y hasta una hostería. El entorno bien de altiplano es inmenso, colorido. Y ellos son unos amables anfitriones. Sandro te guía a lugares inhóspitos y poco visitados.
-Hornaditas: probablemente sea la primera familia que decidió recibir turistas en su casa. Son los Lamas y están a 17 kilómetros de Humahuaca (a pocos metros de la RN9). Héctor y Clarita prepararon su hogar para recibir viajeros. Comparten con ellos sus actividades diarias (cocinar, arriar cabras, cuidar la huerta, teñir lanas) y, además, los llevan a sitios turísticos de la Quebrada de Humahuaca. Contacto: clara_hornaditas_04@hotmail.com
-Villa Pehuenia: la comunidad mapuche Puel-Calfuqueo administra una estación de esquí en las laderas del cerro Batea Mahuida, en Villa Pehuenia, Neuquén. El proyecto es único en el mundo, ya que a fuerza de mucho trabajo, los mismos integrantes de la comunidad se formaron como instructores de esquí.
-Los Nacimientos, Catamarca: es una comunidad que vive a 35 kilómetros al norte de Antofagasta de la Sierra, y sueña con abrirse al turismo. Su gente es de una calidad humana única y, con poco apoyo del Estado, intenta tener una oportunidad para recibir viajeros. Hay pocos lugares tan bellos y prístinos como esta parte del altiplano de Catamarca. El contacto es Felipa Mamanis (tiene Facebook).
–RATURC (Red Argentina de Turismo Rural Comunitario): Si no la conocés, te la recomiendo. Es una organización que nuclea a 40 comunidades indígenas y campesinas del país, buscando la autogestión del turismo responsable y respetuoso. Ofrecen alojamiento en posadas comunitarias, casas de familia, cabañas o campings comunitarios; también gastronomía en comedores, restaurantes y hogares de familias locales; guiadas de senderismo, caminatas, paseos a caballo, en bote, lanchas. Y, además, aprendizaje de oficios artesanales. Este es el LINK
-Red de turismo campesino de Salta: agrupa a varias comunidades de la zona de los Valles Calchaquíes. Mirá toda la info en este link.