Diane Van Deren representa una de las historias más inspiradoras del trail running. El 2 de abril estará en Córdoba para correr la nueva edición de la The North Face Endurance Challenge y hasta dará una charla en la ciudad capital de la provincia. Esta es su historia.
Mientras llevaba en su viente a su tercer hijo, le diagnosticaron epilepsia. Las convulsiones empezaron a ser frecuentes y no había nada que las frenara.»Desde que me diagnosticaron epilepsia hasta que me operaron, pasaron diez años. En ese tiempo, las convulsiones eran cada vez más frecuentes e intensas y me dejaban muy débil. En un momento, me di cuenta de que lo único que me alejaba de las convulsiones era salir a correr. Entonces, me iba a la puerta de mi casa, me sentaba en el hall, me ponía las zapatillas y corría. Simplemente corría.» Según ella misma cuenta, allí empezó su verdadera carrera de ultra distancia: una carrera contra el miedo. Es que, tiempo después, las convulsiones eran tan fuertes y frecuentes que la dejaban muy débil. «Podía morir por uno de esos ataques de epilepsia. Fue entonces cuando me sometí a la cirugía.»
La operación consistió en extirparle parte del lóbulo temporal derecho de su cerebro, y funcionó. No volvió a tener convulsiones y hasta regresó a las competencias, pero no de la misma forma: debido a una pérdida de la noción del tiempo y del espacio, muchas veces corre sin saber hacia dónde va ni cuánto tiempo lleva corriendo. Entonces, simplemente corre. Tanto corre que en 2007 ganó la Yukón Artic Ultra 300, y en 2008 fue la primera mujer en completar la versión de 690 kilómetros de esa competencia.
Diane es atleta del team internacional de The North Face y en 2011 vino a correr la Endurance Challenge que se hizo en Salta. Aquella vez, también dio una charla; hablaba acerca de que todas las personas se encuentran con obstáculos en sus vidas, y que la clave es cómo los enfrentan. «El mío fue la epilepsia, y correr me salvó», decía. Y cuando me la crucé en la trepada del cerro San Lorenzo, ascendiendo en medio de una densa selva de montaña, no vi a una atleta alta, rubia y de pelo corto, sino a una mujer que da pelea a cada paso, aunque no sepa bien hacia dónde va… Ella da pelea.
Mi verdadera carrera fue contra el miedo.»
Unos años más tarde la volví a cruzar en la Endurance Challenge de Santiago de Chile. Si bien ya nos conocíamos y habíamos charlado bastante en Salta, cuando nos vimos, no me reconoció. «Perdón, me pasa esto todo el tiempo», se disculpó. A los dos minutos me trataba como si nos conociéramos de toda la vida. Es de esas personas que, de alguna forma, transmiten una energía intensa y positiva. Ahora, espero verla en Córdoba y volver a charlar aunque sea un rato con ella.
Escribe y saca fotos Guillermo Gallishaw (editor).