Carolina Reymúndez está en la portada de la edición #19 de Ochentamundos porque su historia es inspiradora: para su vida eligió una profesión difícil de llevar adelante, pero lo logró (no fue fácil, claro). Es cronista de viajes y en 2013 publicó un libro titulado El mejor trabajo del mundo (Editorial SüdPol). No tiene oficina, no cumple un horario, no tiene un jefe… Ella viaja por Argentina y el mundo, toma notas y saca fotos y, cuando vuelve, escribe artículos para revistas y diarios. Para muchos habitantes de este planeta, Caro tiene el trabajo ideal.
Ochentamundos busca transmitir que una de las mejores oportunidades que nos da la vida es salir de viaje. Que el sólo hecho de salir de tu vida cotidiana te da otra perspectiva del mundo. Y “El mejor trabajo del mundo, según una cronista de viajes” es un gran testimonio de ello.
El libro tiene tres partes. La segunda es una recopilación de artículos que Carolina publicó en revistas como Lugares y Etiqueta Negra, y en diarios como La Nación y La Tercera (Chile). Allí hay contadas historias como la vez que fue a cenar a un restorán para ciegos en Zurich (fue la que más me gustó), o cuando pasó cuatro días de a caballo en la cordillera chilena participando de una veranada.
La primera parte del libro es un relato intenso acerca de una búsqueda. O de varias. Allí, Carolina cuenta que, para empezar el libro, cree que necesita escuchar una entrevista que había hecho casi veinte años atrás, en una suerte de viaje iniciático. La entrevista era al escritor Paul Bowles, la había hecho en Tánger (Marruecos) y la había grabado en un cassette. El problema es que ese Basf de 60 minutos no aparece por ningún lado de su casa…
La tercera se titula Cuaderno de Notas y recoge una serie de experiencias de viaje relacionadas con su vida cotidiana.
“Viajo desde chica. Primero en el asiento de atrás del auto de mis viejos, después con mochila y ahora por trabajo”, cuenta Caro en la entrevista que, obviamente, te recomendamos leer completa en la última edición de Ochentamundos.